miércoles, 22 de septiembre de 2010

La Madre Tierra ha llegado a visitarte!

¿Por qué tocar un tema tan ajeno al diario vivir?

La respuesta será, tal vez, que ese mundo escondido detras de las sábanas de lo cotidiano, nos da la esperanza de que se pueda volver a ver, hablar y creer en la hadas como cuando éramos niños. Bienaventurados los que aun conservan en algún lugar del corazón la capacidad de asombrarse, porque ellos heredaran el Reino de lo Intangible...
La palabra "hada" procede del latín "fata", derivado a su vez del vocablo "fatum", que significa el hado o el destino. En la edad media lo definían como divinidad o fuerza desconocida que según los gentiles, obraba irresistiblemente sobre las demás divinidades y sobre los hombres y los sucesos. Aunque se ha perdido la fecha exacta de su origen, se sabe que su origen se remonte a los tiempos más antiguos de la tierra.

Descienden al mundo físico después de mucho tiempo en el mundo astral y mental, pues las frecuencias que se mueven en este mundo les producen mucho sufrimiento. Cuando lo hacen, están entre nosotros alrededor de 100 años. Trabajan en la composición cromática, que es darle color a todo lo que existe. Sabemos que todo es energía. La energía tiene color, sonido y vibración. Por lo tanto, todo tiene color; la velocidad de nuestros ojos nos impiden verlo, pero eso no significa que no exista. Cada color de una flor, significa una experiencia, una vibración que ese ser debe vivir; cuando alteramos su tono estamos perturbando su crecimiento, obligando a nacer nuevamente a ese ser en la tierra, hasta que viva el color que le corresponde.
Colaboran con el hombre trabajando sobre sus proyecciones mentales, controlan los elementos como fuego, aire y agua. Elaboran sus cuerpos, según su evolución, no pudiendo ser más hermosos que lo que les corresponde. Para ellas el Poder es todo: alimento, recreación, amor. Dar y recibir Poder es la razón principal de su existir. Después que pasaron su periodo entre nosotros, retornan al plano astral donde se preparan para su nueva misión, para seguir ayudando al ser humano a vivir la plenitud que la Madre Naturaleza nos regala a diario.
La naturaleza es nuestra madre, nos entrega todo lo que necesario para ser felices. Si deseas algo con todo tu corazón, tan sólo pídelo, comunícate con tu hada, ella moverá las fuerzas del universo para que tu corazón se llene del regocijo que necesita.



Todo lo que necesitas está frente a tus ojos… tan sólo pide, y la naturaleza se encargará del resto.

lunes, 20 de septiembre de 2010

La mano amiga

Hay veces en donde las ganas son escasas, y la energía no es suficiente para movilizarte y la nube que se posa sobre tu cabeza simplemente no se quiere ir. Es en esos momentos donde se necesita del tirón de una mano que te quiera y así romper la inercia que se apodera del alma.

Son actos de bondad que se observan hasta en las situaciones más vanales, e independiente de la locación, estos son los hechos que diferencian a un amigo de un amigo del alma.

Gracias amiga.





jueves, 16 de septiembre de 2010

La bondad ¿capacidad innata o pérdida adquirida?

A veces me gustaría tener la capacidad de pasarme por "ahi mismo" la opinión que los demás tengan de mí. Con los demás me refiero a la gente que no entra en mi círculo cercano, ni a quienes les tengo algún tipo de aprecio. Me refiero a todo el resto, a los que pasan por la vida de uno sin pena ni gloria.
Quiero que su pensar sobre mi persona no valga más que lo yo valgo para ellos. No quiero seguir esperando ingenuamente que el mundo tenga la empatía suficiente como para abandonar todo prejuicio y/o crítica venenosa, de esas que encanta repartir por el mundo, y siempre con "a mi me contaron que..." por delante, obvio.

Estoy cansada de desilucionarme de la gente, aunque irónicamente vuelvo a esperar lo mejor del ser humano en cada uno de ellos, aunque su comportamiento diga lo contrario. Y por cada 10 personas que conozco, me vuelvo a ensartar con 9 de ellos, una y otra vez, y otra vez. Y siempre vuelvo a preguntarme 'Por qué la gente es así?'

Creo que soy una tarada ilusa, o una fiel creyente en la bondad y pureza humana. Prefiero quedarme con la segunda opción, aunque cuando viene el bajón no hay quien me saque de la cabeza que es al primer grupo al que pertenezco.

En fín. Creo que en el fondo de mi ser prefiero seguir pensando que la vida es bella, y que la bondad es simple. Creo que es la única forma que tengo para mantenerme en este mundo, mantener el sentido común y junto con ello, la cordura.