lunes, 23 de mayo de 2011

Maravilloso mensaje

Este es un tratamiento de amor creado por Louise L. Hay, escritora de numerosos libros de metafísica y autoayuda. Está pensado para leerlo cada noche antes de dormir, con la certeza de que cada pensamiento va creando nuestro futuro.

Acá se los dejo y espero que lo practiquen para ver que pasa:


“En lo profundo del centro de mi ser hay una fuente infinita de amor. Ahora permito que este amor aflore a la superficie. Este amor llena mi corazón, mi mente, mi consciencia, mi ser, e irradia en todas direcciones, y retorna a mí multiplicado. Cuanto, más amor utilizo y doy, más tengo para dar, la provisión es infinita. El empleo del amor me hace sentir bien, es una expresión de mi alegría interior. Me amo, por lo tanto, cuido mi cuerpo amorosamente. Con amor lo sustento con alimentos y bebidas que me nutren; con amor, con salud y energías vibrantes. Me amo, por lo tanto me procuro un hogar acogedor, un hogar placentero y que llena todas mis necesidades. Lleno las habitaciones con las vibraciones del amor, para que todo el que entre, yo incluid@, se inunde de amor y se nutra con él. Me amo, por lo tanto realizo un trabajo que disfruto haciendo, un trabajo que utiliza todos mi dones y capacidades; trabajo con y para personas a quienes amo y me aman, y tengo buenos ingresos. Me amo, por lo tanto pienso con amor y me comporto con amor con todas las personas, porque sé que lo que doy vuelve a mí multiplicado. Sólo atraigo a personas amables a mi mundo, porque ellas son un reflejo de lo que soy. Me amo, por lo tanto perdono y libero el pasado y todas las experiencias pasadas, y soy libre. Me amo, por lo tanto vivo totalmente en el presente, experimento cada momento como algo bueno, y sé que mi futuro es brillante, dichoso y seguro, porque soy una criatura amada del Universo, y el Universo cuida de mí con amor, ahora y siempre. Y así es. TE AMO.”



viernes, 6 de mayo de 2011

La boca, puerta del alma.

Hoy vi una paciente que representaba gran parte de quienes acuden a vernos: "me da verguenza sonreir". Asi de fuerte. "Mis dientes están tan feos que no quiero que los vea". Es tanta su aberración hacia si mismos que no pueden mostrar su problema ni a quien es el encargado de solucionarlo. Puede sonar trivial, pero es una realidad terrible, un problema tanto más grave de lo que se percibe... la gente está dejando de sonreir.

La sonrisa es la puerta del alma. Y para ella tenemos de representante un elemento facial que es la boca, y por ella entran y salen pensamientos, ideales, sentimientos. Es la vía de comunicación con el exterior, es nuestra primera fuente de vida, es a través de ella que sobrevivimos los primeros meses, cuando el pecho de nuestra madre era el unico alimento para nutrir nuestro cuerpo, nuestra escencia.

¿Y nunca se han fijado que la gente tiende a sonreír tapándose la boca? Eso es por verguenza, por intentar reprimir su inseguridad y desprecio hacia el daño que percibe en su organismo. Y a través de este gesto oculta su sentir, su posibilidad de maravillarse en forma natural y de entregar una risa al mundo.

Como revertir tanto daño, tanta amargura? Se podrá lograr hacerlo sólo agregando dientes a su boca? No lo creo y nadie me va a convencer de lo contrario, su cura va más allá. Aquel individuo debe aprender a sonreír nuevamente, debe reencantarse con la vida, ese ser debe aceptar su belleza como algo que va más allá de la apariencia. Y a través de la boca lograr entrar en su cuerpo, en su mente, en su alma. Aprender a ir más allá de lo que se ve, lograr curar una pena arraigada en el vientre a través de una conversación. Entregar herramientas para sentirse digno, para abrir los ojos de la real hermosura que esconde la vida. La boca es la puerta del alma, tenemos en nuestras manos la vía de acceso hacia el centro del pudor, no se puede desaprovechar esta oportunidad de comenzar un nuevo camino, dejar esto de lado no es más que la ruta al fracaso y a dejar al paciente con otra herida sin sanar.

Sólo con amor y comprensión se puede curar un alma herida, y eso es lo más valioso que aprendí en la Universidad. La teoría la enseñan los libros, la experticia la da la práctica, pero el entregar amor a través de tus acciones es lo que te diferencia de otro tratante más. Mi meta está lograda cuando recibo un beso y un abrazo bien apretado por parte del paciente; el mejor pago que uno puede recibir es la lágrima de emoción que cae por la mejilla de aquel ser que se reencuentra con su sonrisa. No hay nada que me haga terminar el día con el corazón más lleno, diciéndome "lo lograste".

Creo que esa es la escencia de la Odontología. Creo que esa es mi misión.