viernes, 22 de octubre de 2010

Lo que busco en un hombre

Quiero un hombre que no tema ser hombre.

Debe ser alguien que sonría con el florecer de una flor, y que deje correr sus lágrimas cuando la vida lo acongoje. Que no tenga miedo de abrir su corazón, manteniendo su alma fiel y sincera a sus propios ideales.
Quiero un hombre sabio, lo suficiente como para admitir su ignorancia sin pretender manejarlo todo.
Tierno y dulce, se interesará por conocer al prójimo aunque no comparta su opinión. Será tolerante y paciente, cuya empatía demuestre lo hermoso de su mundo interior.
Que admire a sus padres a pesar de sus errores, que observe a los niños como espejo de su alma, como instructores de un nuevo mundo.
Quiero un hombre que no tema al ridículo, que pueda atesorar a ese niño que vive dentro de él, dentro de mí, dentro de cada ser vivo.
Será alguien que pueda conectarse con su sentir, y no temerá aceptarse vulnerable. Que pueda escapar de la prejuiciosa hombría e indagar en lo femenino que exista en su alma.
Será un hombre íntegro, digno de mi admiración, humilde y sencillo. Aceptará su humanidad, asumiendo que el ascenso es necesario y que el crecimiento es parte de la vida.
Quiero un hombre reflexivo, que no se canse de aprender, pero sin perder el gozo mismo que significa estar vivo. No pretenderá racionalizar ni entender todos los milagros del universo, simplemente los atesorará como expresiones de Dios.
Debe cuidar al reino animal y vegetal, y entender el amor infinito que entregan a todo aquel que los ame y respete.
Quiero un hombre que me haga reír cada día, que me sorprenda con cada uno de sus gestos, sin dejar de proteger a mi melliza escondida, cuando esta decida llorar y mostrarse en toda su expresión.
Debe confiar y proteger nuestra relación, entregando seguridad a nuestro diario construir. Que no tema pedir perdón ni demostrar todo lo que siente, ni que deje una gota de sudor de lado cuando signifique luchar por lo que su alma grita.
Quiero un hombre que me ame, que me sueñe, que me cuide cuando yo no sea capaz de hacerlo.
Amará a su familia, protegerá su nido con dulzura y comprensión, siempre aceptando a la mujer que dio a luz a sus hijos como un ser maravilloso, impregnado de vida misma.
Pero por sobre todas las cosas, quiero in hombre que logre despertar lo mejor de mí, y yo lo mejor de él. Y construiremos un círculo de amor que durará hasta que el tiempo decida dejar de existir.